El teletrabajo ha supuesto un cambio radical y una transformación en el ámbito laboral. Sin embargo, son muchas las empresas de nuestro país que aún no tienen implantado un sistema de teletrabajo en la organización. A pesar de que existe una clara evolución en este aspecto, la reciente situación provocada por el COVID-19 ha supuesto una actualización en el enfoque de las empresas, forzando el establecimiento de este nuevo modelo laboral.
Reinventarse significa aprovecharse de la situación, y ver las posibilidades que ofrece el panorama actual como una ventaja a tener en cuenta. En definitiva, tenemos ante nosotros una oportunidad para crecer y mejorar.
Por eso, es vital que antes de implantar un sistema de teletrabajo en la empresa, se realice un análisis previo de la cultura en la organización.
Cultura de la organización
La cultura organizacional abarca todas aquellas percepciones, actitudes, sentimientos, formas de interacción y tradiciones imperantes en la empresa. Es decir, necesitamos observar si existe un marco que envuelva, asimile y consolide este nuevo proceso de flexibilidad organizativa: el teletrabajo.
Para saber si nuestra cultura es la idónea para acoger el teletrabajo, deberemos tener en cuenta varios puntos.
- Debe existir una confianza mínima entre empresa y empleados. Si no existe confianza, se producen abusos, exceso de supervisión o de control, a la par que se limita la innovación y la creatividad. Los excesos de supervisión merman la seguridad de los empleados, y crean una mayor desconfianza e inseguridad en las relaciones empleado-empleador. Si en el análisis previo, a ser posible realizado por un agente externo, se verifica que no existe esta confianza, lo primordial será revertir la situación antes de iniciar el proceso de transformación hacia el teletrabajo.
- Otro factor a tener en cuenta es la figura del líder. Un líder debe guiar, indicar el camino y acompañar a los empleados en el sendero de la transformación. Sin un líder involucrado en el proceso del cambio poco podremos hacer.
- El teletrabajo requerirá de una clara planificación, que nos permita gestionar los imprevistos que surjan para crear soluciones novedosas y eficientes.
- También se necesitará una comunicación transversal y constante, apoyándose en las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación). ¿Qué entendemos por comunicación transversal y constante? Comprende todos los elementos interiores de una empresa, como los mensajes, canales y medios que se utilizan e interactúan para alcanzar un objetivo común.
- Una clara orientación a resultados por parte de toda la organización.
Las ventajas e inconvenientes de teletrabajar
El teletrabajo tiene multitud de ventajas, entre las cuales podemos encontrar:
- Permite una mayor conciliación entre la vida laboral y la vida familiar, sobre todo en aquellas situaciones tan delicadas e importantes como la lactancia, o padres con hijos pequeños. Nos permite pasar más tiempo con nuestros seres queridos y dedicarles esas horas tan preciadas que en una jornada laboral “normal” no tendríamos.
- A su vez, teletrabajar implica evitarnos los desplazamientos, por lo que ahorramos en tiempo y en el transporte, y de forma paralela, se reducen los accidentes de tráfico y la contaminación atmosférica.
Es cierto que el teletrabajo tiene muchas virtudes, pero también implica ciertos riesgos e inconvenientes que, si no se tienen en cuenta, pueden suponer un problema tanto para la empresa como para los empleados.
- Una de ellas es que ahora las condiciones del espacio de trabajo dependerán del empleado, y no de la empresa. Cuando trabajes, intenta hacerlo en zonas de la casa dónde te sientas cómod@, con luz natural a ser posible, ventiladas y cuya zona de trabajo se encuentre organizada y sin cosas de por medio.
- Teletrabajar significa también que se puedan dar situaciones en las que el empleado/a se sienta sol@ o aislad@ del equipo humano de la empresa, por lo que es clave que los medios de comunicación se utilicen. Tomarse un “ciber-café” con un compañero puede ser una buena forma tanto para desconectar como para sentir ese vínculo. También realizar reuniones periódicas vía online con el equipo ayuda a afianzar el sentido de pertenencia y unidad.
- También se dan casos en que los propios empleados no saben dar por finalizado su trabajo. Alargan la jornada laboral, ya que siempre está disponible y al alcance de la mano, y si no adelantan ese trabajo pendiente, llegan incluso a sentirse culpables. Por eso es clave, a la hora de teletrabajar, tener una clara organización, fijarse objetivos y metas, pero sobre todo, separar el trabajo de la vida personal.
- Este punto es especialmente complicado, ya que es en la misma vivienda (o al menos suele serlo) donde se realiza la labor. Te aconsejo que, para poder abordar este punto, concretes un lugar de la casa específico para el trabajo. Puede ser la mesa de la cocina, o si dispones de un despacho en casa, aprovéchalo. Ese será tu nuevo lugar de trabajo, y lo que queda de vivienda es tu hogar. De este modo evitamos el solapamiento de la vida laboral y la vida familiar.
Además, te invito a que realices la misma rutina que tenías antes del teletrabajo. Sé que no tienes que salir de casa, pero el mero hecho de darte una ducha, ponerte ropa de calle (cómoda y parecida a la que utilizabas en el trabajo), maquillarte o afeitarte te ayudará a separar ambos ámbitos de tu vida.
Es crucial marcarse unos tiempos y pausas para poder desconectar del trabajo. Puedes establecer los mismos descansos que tenías antes de teletrabajar, o puedes marcarte otros. ¡Eso sí! No pierdas de vista tus objetivos y la planificación del día. Aprovecha al máximo tus descansos, pero también tus horas de trabajo. ¡Ya verás como te sientes realizad@ y productiv@!
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